Gracias a Skmknc de FunkyMonks:
Flea se agarra a una taza de té y pone los pies, protegidos por unos calcetines llenos de agujeros, encima de la mesa de una de las mejores habitaciones del Beverly Hills Hotel, posiblemente el más lujoso de la zona. Su sencillez en las formas y en el vestir -camiseta pintarrajeada a mano, seguramente por él mismo, y bermudas- no delatan una de las cuentas bancarias más nutridas de la costa californiana. De repente, la puerta del lavabo se abre y surge un espectro blancuzco con la mirada puesta en Marte. La hoja promocional indicaba que el partenaire de Flea en mi entrevista iba a ser Chad Smith, pero el tipo que se tambalea ante mí y me estrecha la mano es John Frusciante. Bendición.
Flea: “Creo que One Hot Minute tenía buenos momentos, de eso no hay duda. Pero en éste último álbum, amigo, hay pura magia. Sin lugar a dudas, estamos en uno de nuestros mejores momentos y lo digo con total sinceridad.” La química de antaño parece haber vuelto. “Creo que en cierto modo hemos recuperado el sonido que teníamos antes con John y eso se debe a que hemos recuperado esa química que existió entre él y el resto del grupo. Y creo que es algo muy bonito, ¿sabes? Sentir esa magia y esa química fluyendo mientras tocas... de nuevo.”
La deducción es evidente: John Frusciante es una de las ruedecillas básicas dentro del engranaje que pone en funcionamiento el sonido característico de RHCP. Sus guitarras lisérgicas y sus riffs oníricos han llenado de color la mejor época del cuarteto californiano y han inundado los walkmans de medio mundo. Si él falta sólo nos quedan unos RHCP travestidos. Flea asiente con reservas.
Flea: “Si en lugar de John hubiese otra persona, estoy seguro de que habríamos llegado a un sonido totalmente distinto. Cuando John se pone a trabajar se convierte en una fuerza creativa muy grande y eso se nota en el resultado final. En resumidas cuentas, ha quedado muy claro que sin él, el sonido de RHCP es totalmente distinto. Con eso no quiero decir que One Hot Minute no fuera un disco de RHCP, simplemente digo que con John Frusciante hemos recuperado cierta magia y, como te he dicho antes, hemos formado una banda totalmente distinta de la anterior.” Y lo cierto es que el nuevo asalto de los angelinos es una interesante regresión a la edad de oro de la banda, aquella en que el funk se corrompía de rock y hip-hop para dar vida a un universo malévolo y a la par ensoñador. “Para mí el funk es extremadamente importante. Es un sonido muy sincopado, muy rítmico y eso es en lo que yo me fijo más. Mientras yo esté en la banda el espíritu del funk seguirá vivo. Sin la música negra probablemente no habríamos existido...”.
Frusciante depierta e interrumpe a su colega.
John: “Como músicos siempre nos queda en el subconsciente toda esa música que hemos escuchado a lo largo de nuestra vida. Para mí, cuando estoy en esta banda está claro que estoy influenciado por el punk-rock aunque cuando entré en RHCP no sabía mucho acerca de ese estilo. Y creo que eso se nota en el sonido de Californication. El punk rock ha sido mi inspiración en este disco, mientras que para Blood Sugar me fije más en Hendrix, Joy Division... .”
Es difícil seguir las palabras de Frusciante: deja frases muertas, balbucea y apenas toma el hilo de su propia conversación. En cierto modo despierta compasión y hasta lástima.
John: “Tomamos tantas influencias de tantos lugares... Adoramos el funk y otros muchos estilos. Hasta nos gustan todos los distintos tipos de funk que existen: desde el funk con más influencia de la música disco hasta el más electrónico, pasando por el más guitarrero. Pero, al final, lo transformamos en algo totalmente nuevo, en un sonido que puede volver loco a alguien que nunca ha escuchado o que odia los primeros discos de Funkadelic.”
Resulta conmovedor y no deja de sorprender que RHCP sigan fieles a sus desgarradores slaps bajísticos, a los raps entrecortados de Kiedis y toda una parafernalia que podía haberse adornado con la electrónica y otros trucos que, supuestamente, aportan contemporaneidad. Flea se explica.
Flea: “Sí hemos hecho algunas cosillas con la electrónica, pero debo confesarte que teníamos pensado explotar más todo el rollo de los samples y las cajas de ritmos. Al final no fue así, porque cuando nos metimos en el garaje a ensayar nos dimos cuenta de que lo que salía de los cuatro ya era suficiente. Allí había magia de verdad y no creímos necesario utilizar nada más. El diálogo musical que se estableció entre nosotros fue excepcional, maravilloso, ¿para qué hablar más? De todos modos, estamos abiertos a cualquier posibilidad; no nos imponemos ciertas reglas que otras bandas, buenas bandas por cierto, sí tienen. No tenemos restricciones en este sentido.”
John: “Yo pensaba que era importante meterse en la electrónica, pero cuando tocamos me di cuenta de que cada sección tenía una textura distinta como pasa en la música electrónica que, por ejemplo, hacen Depeche Mode. Y eso se nota en el disco, cada instrumento tiene su propia textura y no forma parte del sonido global del disco, lo cual creo que es muy positivo y enriquecedor para el oyente. Para mí la música que estamos haciendo suena tan moderna como la música electrónica que se está grabando ahora, con la salvedad de que nosotros lo conseguimos con instrumentos tradicionales.”
Súbitamente, la chica de la discográfica interrumpe la conversación para advertirme que a la entrevista le quedan cinco minutos de vida; hay medios de todo el mundo esperando y esto funciona de forma industrial. Me apresuro a indagar en los proyectos personales de mis interlocutores, no en balde los dos han demostrado tener vida más allá de RHCP. Frusciante trata de encerrar en su retórica la temblorosa grandeza de su genio en solitario.
John: “Estuve prácticamente seis años sin apenas practicar y mis dedos perdieron mucha fuerza, toda la que tenían en Blood Sugar Sex Magik. Empecé a escribir canciones por mi cuenta porque me gustaba cómo sonaba mi voz y desarrollé mi propio estilo. Se trata de un sonido que no tiene nada que ver con RHCP. No trataba de hacer canciones convencionales, sino que me interesaba transmitir un sólo sentimiento a través del disco entero. Estaba tremendamente influenciado por Syd Barret. Era como si recibiera muchos sentimientos del espacio exterior y de los muertos, así que yo lo celebré a través de mi música.”
Es hora de retirarse a tiempo y abordar a un Flea mucho más hermanado con la realidad. Sus participaciones en infinidad de películas-My Idaho Privado, Regreso Al Futuro 3, El Gran Lebowsky…, aunque no os perdáis su aparición estelar en Miedo Y Asco En Las Vegas- hacían pensar que la banda había pasado a un segundo plano para él.
Flea: “Me encanta aparecer en el cine y no voy a dejar de hacerlo nunca. La gente que piensa que el cine es más importante para mí que el grupo no tiene ni idea de qué va la cosa. Esta banda es mi vida y te aseguro que está la primera en la lista de mis preferencias.” Tampoco podíamos pasar por alto su inclusión en la última gira de Jane´s Addiction. “Aquello fue un sueño hecho realidad. Todo amante del rock ha soñado con tocar con ese grupo. La primera vez que toqué con ellos y Perry Farrell comenzó a cantar, algo estalló dentro de mí, ¡boom! Fue una de las sensaciones más fuertes que he tenido jamás. Inolvidable.”
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