Gracias a Fran de FunkyMonks:
RED HOT CHILI PEPPERS
Gladiadores del espacio
El festival Rock in Río, que será televisado por TNT, prestó su escenario para el debut de "Stadium Arcadium", el disco más galáctico de los californianos.
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Txt. Nicolás Artusi. Enviado especial a Lisboa.
Si Júpiter es el máximo dios latino; Marte, el de la guerra; y Lisboa, la ciudad que los romanos le birlaron a los árabes, es comprensible que acá suenen rayos y centellas: los Red Hot Chili Peppers estrenan Jupiter y Mars, las mitades de Stadium Arcadium, su disco de título en latín y combustión mitológica: arcadia (del griego, "paraíso terrestre") en el estadio.
Basta de etimologías grondonas: es la cuarta noche del megafestival Rock in Rio Lisboa, que se televisa el 10/8 a las 22, en un compacto de 2 horas por TNT y en un especial de 10 hs. por www.tntla.com. Los Chili Peppers se proponen demostrar que el virtuosismo paquidérmico del disco es aún más grande en vivo: ¡elefante en un bazar! Ellos provocan un tsunami de sonido y evitan cualquier distracción escenográfica: tan solo, un círculo de neón rojo que rodea la batería de Chad Smith (¿separado al nacer del actor Will Ferrell?).
Stadium Arcadium (en concierto) es un notable caso de darwinismo musical: víctimas de una hemorragia creativa, los RHCP compusieron 36 temas, de los cuales quedaron en el disco 28, de los cuales tocan... 6. El resto de la lista, Under the Bridge, By the Way o Californication, hits que confirman el momento de una banda ya de "grandes éxitos" que contagia su sonido arquetípico a las canciones nuevas. El bajista Flea será el único que les hable a las 76.000 personas (con los aforismos progres de rigor; esta vez, contra las "farmacéuticas"): la pulga lleva los pantalones (o el maillot de estampado búlgaro). Y con el guitarrista John Frusciante se mete en tal competencia de habilidades que, como un niño celoso, al cantante Anthony Kiedis no le quedará más que excederse para llamar la atención: ¡sacarse la camisa! ¡sacarse la camiseta! ¡fingir un ataque de epilepsia!
Los acordes de Can't Stop habrán sido los primeros y el tartamudeo espástico de Give It Away, los últimos de esta noche en que la banda supera el cliché del funkie-punkie: si en el video de Dani California parodian a los emblemas del rock es porque asumen que a varios les deben algo: los riffs sagrados de Jimi Hendrix o la arrogancia de Iggy Pop. ¿Olvido involuntario o ninguneo deliberado? En aquel clip no hay ni una imitación de cualquiera de los hermanos Gibb aunque a mitad de esta noche Frusciante brille tocando How Deep Is Your Love, de los Bee Gees, con guitarra agudísima y paródico falsete. En su trance zombie, se regodea con la impunidad del hijo pródigo, que es músico virtuoso, performer excéntrico e inspiración de un libro/contraseña generacional (Jack Frusciante se fue del grupo, de Enrico Brizzi). ¡Por Júpiter! ¡Por Marte! Si la guitarra es un objeto de culto, acá está uno de sus últimos mitos.
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